lunes, 24 de abril de 2017

En el ecuador

¡Ya llevo seis semanas en Reggio di Calabria!

Estoy justo en el ecuador de mi experiencia Erasmus + y lo que quiero es mencionar cosas que he visto aquí que no suelo ver en casa, por si os animáis a venir.

Las calles
Cuidado por la calle. No existen normas de conducción. Sólo la ley del más fuerte. Si quieres cruzar hazlo, no esperes a que te dejen pasar. Si no hay paso de peatones, pasa igual. Si ves a niñ@s pequeñ@s sentad@s en los asientos del conductor o copiloto sin protección, no te sorprendas, incluso en moto. Si ves que no se ponen el cinturón de seguridad tampoco. Verás a los "autistas" conduciendo y hablando por el móvil o bebiendo como si nada (incluso por carreteras como la de la Aldea) o parando en medio de una rotonda para hacer un descanso. Si necesitas un taxi, tendrás que llamar para que te vengan a buscar, no van circulando por la ciudad, y son muy caros. Las calles no suelen tener sus nombres escritos, y encontrar un mapa de la ciudad es muy difícil... menos mal que siempre nos quedará el mapa del móvil. Al igual que hay poca información turística y nulas facilidades de transporte a partir de determinadas horas. Y a ver quién encuentra una papelera en la ciudad... porque apenas hay.

Mi casa
En la zona en la que vivo cada casa tiene cinco cubos de basura (raccolta organico, raccolta indifferenziato, raccolta vetro, raccolta carta e cartone e raccolta multimateriale), un calendario donde se especifica que días pasan a recogerla y otro con los días de la semana que hay que tirar cada una, y un librito que explica como reciclar. Sólo tenemos que separar la basura, bajar el cubo correspondiente a la calle, la recogen y lo volvemos a subir. También cada casa tiene dentro su propio bidón de agua. Y los techos son altísimos.

El cine
¡No se los imaginen como los que tenemos en España! Suelen ser pequeñitos, muchos sólo con una sala. Y más que un cine diría que es como una minisala de teatro y una gran pantalla para ver la película... por cierto, con descanso incluído y los precios como en casa.

Su gente
La gente es muy hospitalaria, sin conocerte de nada te ayudan con cualquier cosa y te abren las puertas de sus casas; aún existiendo la barrera idiomática, que es más fácil de entender que de hablar.

La fiesta
Yo me he apuntado a clases de baile, que las dan en un gimnasio. Me he quedado "stupita" cuando he visto el nivel de "Ballo caraibici e kizomba" que hay, y las fiestas que organizan. Lo malo es que sólo se puede llegar en coche a la mayoría de ellas, ya que en el centro de la ciudad hay muy pocas, pero voy con l@s compañer@s de clase. Me han dicho que las mejores fiestas son en verano, ¡tendré que regresar! =D

Los italianos
Qué decir de los hombres italianos (no todos), son unos "xxx" o que la primavera la sangre altera. Van a por todas (pa´gustos colores) o que van a las discotecas sólo a hablar y no a bailar.